Pintar
la música
No
hablo de música para estar tranquilo y pintar. Hablo de ir más allá, de pintar la música. Todo un reto. Pero no me
preguntes cómo se hace esto: nadie te puede enseñar a expresar lo que sientes
con el arte más sobrenatural que existe: lo que te salga será incomparable y
único. Inténtalo; déjate ir.
Te
propongo dos fragmentos muy
diferentes: pinta el que prefieras, con la técnica que más te guste. Sería
magnífico que pintaras los dos. Puedes, si quieres, incluir a los intérpretes
en tu trabajo. Lo que quieras. Lo que sientas.
El
primero son 5 minutos milagrosos de un tal Beethoven, un compositor sordo (piensa en eso). Solo necesitas
tumbarte, estar muy muy muy tranquilo, no hacer otra cosa, y dejar entrar la
música o irte a caminar con ella; como más te guste sentir el piano.
La otra puerta que
abrimos es la del ballet. Más color,
al menos visual. Otros 5 minutos apasionantes.
A Ekaterina
Maximova y Vladímir Vasíliev les gustaba tanto bailar juntos que acabaron
casándose para no perder más tiempo. Aquí están, hace más de 30 años, con el
ballet del teatro Bolshoi, uno de los más prestigiosos del mundo, interpretando
el famosísimo paso a dos del ballet Cascanueces, de Chaikovski. Un cuento de
Navidad que nosotros traemos en pleno mayo. Algo florecerá.
A disfrutar.
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